Tributo en Bronce

Texto y foto: Juan Morales Agüero
Torrente de pueblo y frenesí de multitudes. La calle a punto de colapsar de tanto patriotismo. La voz a punto de quebrar de tanto sentimiento. Peregrinan juntos la gratitud y la memoria. Marchan unidos el compromiso y el recuerdo.

Es así cada séptimo día de diciembre. El Titán de Bronce pica espuelas mientras surca el viento su machete; nuestros mártires internacionalistas alistan sus fusiles para encontrarse de nuevo con la gloria. Así es cada día 7 de diciembre.

Encarna un tsunami el desfile. Pioneros, federadas, deportistas… Semeja un terremoto el homenaje. Obreros, campesinos, profesores… Simboliza un huracán la alegoría. Militares, combatientes, ¡pueblo!... Cada 7 de diciembre, mejor.

Y la bandera de la estrella solitaria presidiendo la ofrenda. Y el silencio respetuoso que se reclina ante el heroísmo. De raigambres combativas se nutre hoy la hidalguía de la Patria. De Peralejo y Girón. De Ogadén y Cuito Cuanavale.

En el cementerio Vicente García, ante el Panteón de los Caídos, trepidó la glosa emocionada del soldado y el verbo fogoso del dirigente. Glosa y verbo se fundieron en el crisol del instante solemne y la flor devino entonces protagonista.

San Pedro de Punta Brava, 110 almanaques se agotaron desde que Antonio Maceo te legó para la posteridad sus insurrectos huesos. Operación Tributo, 17 primaveras florecieron desde que llegaste con los despojos de los caídos allende los mares.

Así es -¡será siempre!- cada 7 de diciembre. Tributo en Bronce a nuestra historia.