Friday, September 22, 2006

El privilegio de tocar el mar


Por Mylenys Torres Tomado de Visión Tunera

Millones de personas en el mundo mueren sin conocer el mar, sin sentir el agradable escalofrío que produce adentrarse en las aguas, dejarse llevar por las olas, sentir en los labios el sabor de la sal… estar ante un infinito que, para bien de los poetas, se viste de azul y atrae a las musas. Pero los cubanos tenemos el privilegio de tenerlo cerca, de poder tocarlo. El hecho aquí se vuelve cotidiano, y por eso muchos no lo llaman dicha.

Apuesto a que la mayoría de los tuneros no han deparado en que es esta una de las provincias de más y mejores playas en la Isla. Sin embargo, la transparencia de las aguas, la granometría y el calor de la arena, entre otros elementos, revelan a este pedazo de geografía con esa virtud.

En Las Tunas existen 338 kms de costa —265 en la norte y 73 en la sur—, se calculan unas 30 mil hectáreas de mangle y unos 20 kilómetros de arrecife coralinos y hay 34 playas. Solo que aquí también está el hombre y, por supuesto, su acción transformadora. Gracias a esta hoy asumimos que durante años y años hemos actuado irresponsablemente en nuestras playas.

Hablamos del parqueo de automóviles, de las fogatas y, sobre todo, de las construcciones fijas en las dunas de arena, o sea, entre el límite del agua y el borde exterior de la playa. Hemos generado impactos negativos en el ecosistema, tanto que hoy se ve comprometida la estabilidad ambiental de aquellas zonas donde han existido menos cuidados. Ese es el caso de la playa de Los Pinos, en el norteño municipio de Manatí. Encima de esta duna de arena se levantan viviendas y otras instalaciones sociales. Como consecuencia de esto todo comenzó a deteriorarse, las riquezas naturales mermaron considerablemente y el área de baño se redujo.

En aras de revertir tal situación, la Delegación Provincial del Ministerio de la Ciencia la Tecnología y el Medio Ambiente, en coordinación con la administración del Campismo Popular enclavado en la zona, lleva adelante un proyecto de manejo integrado de la zona costera.

Según el Máster en Ciencias Amado Luis Palma, Especialista en Gestión Ambiental en el territorio, no solo se trata de impedir la existencia de construcciones o de detener otras acciones violentas sobre la duna de arena. También resulta imprescindible que cada manatiense vea como suya la necesidad de proteger el sitio y de conservar sus atractivos.

Sépase que Los Pinos, a pesar de la degradación existente, se identifica como una reserva ecológica de importancia, atendiendo a los valores faunísticos y florísticos que posee.

Hoy día, acota el especialista, ya se ven cambios en la imagen de la playa, se eliminaron todas las construcciones y no se le concede espacio al descuido, pero se necesita más.

El llamado también representa atenciones en quienes frecuentan otras áreas del litoral norte tunero, pues en ellos, gracias a la acción sin conciencia del hombre, se descubren síntomas de desequilibrio ambiental.

No olvidemos que cualquier actuar que no esté científicamente avalado puede trae cambios irreversibles en el ecosistema, máxime si se trata de una zona de alta fragilidad como es el caso de la costa.

El imperativo es garantizarle a las nuevas generaciones el privilegio de tocar el mar, a través de buenas playas.

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