Nuestro parque Maceo
Por Juan Morales Agüero
El Parque Maceo es uno de los espacios públicos más acogedores de nuestra ciudad. ¿Qué tunero no se ha tumbado a descansar en uno de sus bancos de granito o no lo ha recorrido de un extremo a otro en menesteres de trabajo?
El terreno donde se asienta esta entrañable instalación era apenas un solar yermo durante el siglo XIX. No fue hasta sus postrimerías cuando se comenzaron a construir las primeras edificaciones a su alrededor. Se le dio por llamar entonces Plaza del Mercado y más tarde Plaza Cristina, en honor a una soberana española del mismo nombre.
Al hacer su debut el año 1900 todavía no se apreciaban en torno a la Plaza muchos inmuebles residenciales. Sin embargo, tiempo después la zona comenzó a poblarse rápidamente y a exhibir una intensa actividad comercial y cultural por intermedio de la venta de diversos productos al detalle, la proliferación de negocios particulares y el alquiler de terrenos para que los circos levantaran sus carpas repletas de payasos, animales y trapecistas.
La inmejorable ubicación de la otrora Plaza Cristina permitió que fuera privilegiada por el florecimiento económico de la ciudad. Después del Parque Vicente García, que por entonces se llamaba Plaza de Armas, resultó el sitio de mejores posibilidades. Las fuerzas vivas levantaron campamento en su torno, a sabiendas del filón que se les ofrecía. El desarrollo citadino de la época tuvo entre sus incentivos este lugar de mil remembranzas.
En la década de los años 30 del pasado siglo, adoptó el nombre de Parque Maceo, en memoria de una de las figuras más recias de nuestras guerras independentistas. Se convirtió en un espacio de amplia raigambre popular, donde acudían y acuden los tuneros para conversar sobre los más disímiles asuntos.
Los estudiantes de las escuelas públicas cercanas nunca estuvieron ajenos a la connotación del parque Maceo, y contribuyeron a fomentarle un futuro lleno de follaje. Para ello comenzaron a celebrar lo que llamaron “Día del Árbol”, jornada en la que sembraban una planta que solía ser, por lo común, un pequeño laurel. .
Hoy, el Parque Maceo forma parte del centro histórico de la ciudad. En sus inmediaciones se agrupan importantes dependencias, tales como la Dirección Provincial de Educación, la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Palacio de los Matrimonios y algunas tiendas y talleres.
Quien visite Las Tunas no puede prescindir de llegarse por el lugar, sin dudas uno de los sitios más pintorescos de nuestra capital.
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