Friday, November 09, 2012

Creció la Sinfónica ante públicos norteamericanos

Dotar al país de instituciones de todo tipo capaces de canalizar las inquietudes de las ramas del saber humano ha caracterizado la labor que se ha implementado desde el triunfo de la Revolución Cubana.
Por todo el pais existe una red de escuelas de arte , casas de la cultura y otras instituciones encargadas de atender a los cubanos desde las edades más tempranas y hoy se recoge el fruto de ese esfuerzo.

PEDRO DE LA HOZ

pedro.hg@granma.cip.cu


El desempeño de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (OSN) en varias plazas norteamericanas, desde mediados de octubre hasta esta semana de noviembre, fue valorado por el público y los especialistas, de acuerdo con testimonios recibidos en esta redacción.
Unos y otros coinciden en ponderar el crecimiento artístico de una agrupación íntegramente formada por músicos cubanos, en su mayoría jóvenes de sólida preparación académica y con un apreciable dominio del repertorio seleccionado para la gira, con destaque particular para la labor compartida de dirección de los maestros Enrique Pérez Mesa, su titular, y Guido López Gavilán.
El hielo se rompió el 16 de octubre en Kansas City. Si como todos esperaban las mayores expectativas se cifraban en la interpretación de música cubana, el público arreció los aplausos al comprobar, tanto aquí como en otras ciudades, cómo la OSN entregaba versiones muy dignas del repertorio universal, en ese caso representado por piezas de Mendelssohn y Beethoven.
Haber seleccionado la Quinta sinfonía, del genio de Bonn, y la Sinfonía italiana, de Mendelssohn, no dejaba de ser un gesto osado pero a la vez segura credencial de éxito. La popularidad a lo largo del tiempo de ambas obras garantizaba una pronta comunicación con el auditorio, y su eficaz ejecución permitía al oyente justipreciar el verdadero nivel del organismo instrumental cubano.
La gira comprende una veintena de conciertos en 15 ciudades, con cierre el próximo domingo 11 de noviembre en West Palm Beach, Florida. El fervor del público se manifestó con particular intensidad en las presentaciones que tuvieron lugar en plazas de los estados de Indiana, Iowa, Maryland, Carolina del Sur y Alabama pero indudablemente los mayores desafíos, de los que salieron victoriosos los integrantes de la OSN, se situaron en los conciertos de la costa este, donde existen organizaciones sinfónicas de gran categoría y públicos habituados a muestras de altísima calidad, aunque dos de las más significativas audiciones se efectuaron al margen de los circuitos legitimados por la tradición.
Tales fueron los casos de Union City, en Nueva Jersey, y en el barrio neoyorquino del Bronx. En la Universidad de Kean, en Union City, el público respondió de manera admirable, a pesar de que se cernía sobre la ciudad la amenaza del huracán Sandy, que solo unas horas después devastaría la zona.
El 26 de octubre quedó grabado en la memoria de los miembros de la OSN como un día memorable. Un despacho de la AP registró del siguiente modo el suceso:
"Por primera vez en su historia, la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba pudo escucharse en Nueva York en el concierto que dio en el barrio del Bronx y que fue recibido con una calurosa acogida del público. (...) ‘Es muy importante tocar en el Bronx, sobre todo, por la historia que tiene para nosotros, porque aquí vivió José Martí y aquí vivió Fidel. Tocar en el Bronx es como tocar en Cuba’, comentó a The Associated Press tras el concierto el director de la orquesta, Enrique Pérez Mesa, quien estuvo al frente de una sinfónica que ofreció un repertorio en el que combinó música contemporánea y clásica con reconocidas piezas cubanas y que contó con la actuación como pianista solista de Ignacio ‘Nachito’ Herrera. Como director invitado actuó Guido López-Gavilán. Durante más de dos horas, y tras inaugurar el concierto tocando los himnos de Estados Unidos y Cuba, se oyeron piezas como la Obertura Cubana, del compositor de Nueva York, George Gershwin; la Sinfonía no. 5, de Ludwig van Beethoven; La comparsa, del cubano Ernesto Lecuona yDanzón, del también cubano Alejandro García Caturla. La Sinfónica hizo levantar más de una vez de sus asientos a las aproximadamente 1 500 personas que no quisieron perderse el concierto, celebrado en las instalaciones de la Universidad Lehman".
Una nota curiosa fue aportada por el cronista del Toronto Star que desde Canadá reseñó la gira: "En la mayoría de las orquestas sinfónicas convencionales, los violinistas no acostumbran a marcar el ritmo con los pies; los cubanos sí lo hacen".

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