La cúrcuma hecha bijol
ORTELIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ
CIEGO DE ÁVILA.— Hace unos meses, Ariel González Moleiro, joven campesino dueño de la finca La Provechosa, en Ciego de Ávila, esperó con cierto escepticismo la llegada de las primeras semillas de cúrcuma, una planta originaria de la India, pero que esta vez la habían traído de la Sierra de los Órganos, en la provincia de Pinar del Río.
"Yo no conocía nada de esa planta, hasta que Adolfo Rodríguez Nodals, jefe del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana, me habló de la idea de producir la materia prima para hacer el llamado bijol de cúrcuma, un condimento elaborado en unos pocos lugares del país, y en pequeñas cantidades.
"Con el bichito de la curiosidad picándome, me lancé a lo que en un principio consideré una aventura. Sembré media hectárea y luego de brindarle todas las atenciones culturales, coseché 17 toneladas, con un rendimiento de 37 por hectárea, muy bueno según los especialistas".
Al pie de los sembrados, en La Provechosa, finca de la Agricultura Suburbana, Rodríguez Nodals revela la importancia de este proyecto, iniciado en Ciego de Ávila el pasado año:
"Hasta ahora el país importa gran parte de la materia prima para la fabricación del bijol y pensamos que esta es la vía para prescindir de dicha importación, en un futuro cercano".
Luego de ser procesadas las semillas, las primeras 100 mil minidosis fueron distribuidas en los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE) y en bodegas de los municipios de Ciego de Ávila y Morón. Por ahora, la experiencia se extenderá a los restantes territorios avileños.
Explica Rodríguez Nodals, también director del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical, que la cúrcuma es una planta con propiedades medicinales por su alto contenido de sustancias antioxidantes y, aunque no es muy conocida por la población, el bijol ha tenido gran aceptación entre los consumidores.
"Quien no se arriesga, no triunfa", fue la máxima de Nelson Cervantes Álvarez, administrador de la minindustria Quesada, perteneciente a la empresa de cultivos varios El Mambí, cuando le habló a sus trabajadores de la necesidad de procesar la semilla.
El colectivo laboró día y noche hasta completar las primeras 100 mil unidades, esfuerzo en el que se vieron involucradas, además, fuerzas de un establecimiento similar en el municipio de Ciro Redondo, donde molieron más del 60 % de la materia prima.
El resultado es fruto de la integración, y demuestra que es posible obtener éxito si se labora mancomunadamente, resaltó Rodríguez Nodals. Por ello Ariel, el campesino que sembró la cúrcuma, al igual que la minindustria de Quesada, fueron merecedores de la Triple Corona, máximo reconocimiento que otorga el Movimiento Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana.
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