Rescate a España El dinero de la discordia
SERGIO ALEJANDRO GÓMEZ
Finalmente se cumplió lo que era un rumor en los pasillos de la Comisión Europea (CE) y un secreto a voces en la Moncloa. España solicitó un rescate al Eurogrupo de 100 mil millones de euros para sanear sus bancos, golpeados por varios años de especulación.
El Gobierno de Mariano Rajoy calificó la operación de "triunfo nacional" y rechazó tildarla de "rescate", como una forma de distanciarse de los salvamentos anteriores a Irlanda, Portugal y Grecia, entregados a cambio de severos condicionamientos económicos, políticos y sociales.
Asimismo, insistieron en que el dinero entregado a España no implica condiciones para las políticas del Estado, sino para los bancos que lo pidan, a diferencia de los paquetes de recortes sociales que se exigieron al resto de los países rescatados y que hoy mantienen a Grecia al borde de salir de la eurozona.
En los días anteriores al anuncio del Eurogrupo, el ministro de Hacienda español, Cristóbal Montoro, aseguró que "los hombres de negro" no llegarían a su país, en referencia a los funcionarios de la CE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la llamada troika.
Sin embargo, muchos analistas dudan que Europa haya puesto esos recursos en España a cambio de nada y apuntan que las implicaciones del rescate pueden ir más allá de lo que se ha dicho hasta ahora. En este sentido, el comisionado europeo para la Competencia, Joaquín Almunia, declaró que "quien da dinero nunca lo da gratis, pone condiciones y quiere saber qué se hace con su dinero".
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, ya aclaró que una misión de expertos de la troika se encargará de controlar la reestructuración del sector bancario español, aunque precisó que se circunscribirían a ese sector. Mientras, Almunia anunció que el FMI supervisará el rescate entregado a España, pero no participará con fondos propios.
Es decir, "los hombres de negro" a los que se refería Montoro ya tienen las maletas hechas para desembarcar en Madrid.
Otro punto que ha causado controversia es cómo se contabilizarán esos 100 mil millones de euros para los bancos —equivalentes al 10 % del Producto Interno Bruto de la nación ibérica—, en momentos en que se recortan fondos de sectores clave como educación y salud para rebajar un déficit público que ascendió a 8,9 % en el 2011 y que debe reducirse al 3 % en cerca de dos años.
Rajoy ha insistido en que ese dinero no contabilizará como déficit, pero las últimas informaciones apuntan en dirección contraria. La oficina de estadísticas europea (Eurostat) divulgó un comunicado este miércoles en el cual asegura que "el crédito aceptado por el Gobierno español aumentará directamente la deuda pública y también tendrá un impacto directo sobre el déficit a partir del gasto en los intereses del préstamo".
La explicación es que el receptor del rescate será el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), un organismo público que se encargará de desembolsar el dinero en los bancos afectados. Esto implica que el Estado, y con este los ciudadanos, se convierten en garantes del préstamo, socializando así las pérdidas de las mismas entidades financieras que hoy desalojan a miles de españoles de sus casas.
Por otra parte, las condiciones especiales que parece haber otorgado la Unión Europea a España podrían levantar resquemores en el resto de los países rescatados, que buscarían una renegociación en mejores términos de sus propios acuerdos con el bloque.
La gran pregunta que se abre ahora es si 100 mil millones serán suficientes para devolver la confianza de los mercados en la moneda común europea y mantener cohesionada una eurozona que cada vez más parece a punto de desmoronarse.
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