LAS TUNAS: Verrugas en la piel de la ciudad
- Escrito por PASTOR BATISTA VALDÉS /FOTO: DEL AUTOR
Propiciar que nuestras comunidades sean espacios agradables
para la convivencia, ha de ser un propósito de todos. Es por ello que
resulta un imperativo luchar contra ciertas "lagunas de oxidación" donde
bracean la indisciplina social y otras formas de comportamiento no
precisamente a tono con el ambiente que siempre desearon nuestros
abuelos, o quienes en la década de 1950 decidieron enderezar
definitivamente aquel torcido rumbo de las cosas, o aquellos que han
conducido el país hasta hoy...
Acerca de esos "desentonados acordes" ha vuelto a ofrecer confirmación un sondeo a ras de Consejo Popular, encabezado por la pupila del Partido y del Gobierno en la provincia de Las Tunas, con la también presente mano de organismos, instituciones, entidades y organizaciones que deben obrar, porque para ello están.
Enhorabuena para la ciudad. No menos provechoso sea para los siete restantes municipios del territorio, porque muy peligroso resultaría seguir viendo, viviendo y conviviendo —como si fuese normal— con la indolencia de quienes vierten desechos hogareños, constructivos o de otro carácter donde mejor les place, sin importarles la imagen del lugar, los daños al medio ambiente o a su propia salud.
Por más caluroso que esté el día, no puede tornarse habitual la tendencia a andar sin camisa por doquier y mucho menos si esa desagradable "estampa" se complementa con la expresión verbal de obscenidades o de frases chabacanas, de mal gusto y hasta altercados como los que brotan en algunos puntos donde suelen confluir pequeños grupos de personas, casi siempre jóvenes, muchas veces a ingerir bebidas alcohólicas, al parecer sin nada más importante que hacer o que aportar en beneficio de quienes sí se sacrifican para despejar el camino de la provincia y de la nación en medio de tanta "tempestad".
No puede haber indiferencia cuando niños y adolescentes usan a su antojo el uniforme o cuando educadores llegan tarde a su trabajo; como tampoco es admisible que trabajadores encargados de custodiar recursos duerman plácidamente en vez de vigilar, o se entreguen con total tranquilidad al sueño directivos cuyos almacenes carecen de seguridad en la puerta principal mientras también permanece una ventana rota al fondo, abierta a la luz de la luna y a la posible fechoría que desangra recursos y mata economías.
Nada de ello es abstracto o imaginario. Según información resumida, irregularidades de esa índole se detectaron en mercados como La Esperanza (vaya paradójico nombre), en locales del comercio mayorista y en otras instalaciones y centros donde no se entrega la guardia, no consta que se haga o ni siquiera existe el registro correspondiente.
Solo el recorrido por 11 Consejos Populares pudiera aportar cien-tos de ejemplos concretos de "verrugas sobre la piel de la ciudad".
Ello indica que no se está actuando como corresponde por parte de quienes deben evitar, o al menos conocer y resolver esas y otras negligencias e indisciplinas. Quedó claro durante el sereno, respetuoso pero contundente análisis dirigido por Ariel Santana Santiesteban, primer secretario del Partido en la provincia, con presencia de Lilian González Rodríguez, presidenta de la Asamblea del Poder Popular a igual instancia.
Tal apreciación le fue reiterada a representantes de un cuerpo de inspección que por lo visto debe ganar en agilidad y en constancia, aun cuando no puede ser interpretado y mucho menos usado como horcón donde se recuesten tranquilamente otros "factores" obligados a sumar fuerza en un frente común.
Por ello cobra mucho valor la capacidad real de funcionamiento que tenga el Grupo de enfrentamiento (a indisciplinas e ilegalidades): una estructura que anda, pero no al paso que se necesita, de acuerdo con lo valorado de forma crítica y autocrítica por sus mismos integrantes y directivos.
Verrugas, en fin, hay. El reto, impostergable, es extirparlas
Acerca de esos "desentonados acordes" ha vuelto a ofrecer confirmación un sondeo a ras de Consejo Popular, encabezado por la pupila del Partido y del Gobierno en la provincia de Las Tunas, con la también presente mano de organismos, instituciones, entidades y organizaciones que deben obrar, porque para ello están.
Enhorabuena para la ciudad. No menos provechoso sea para los siete restantes municipios del territorio, porque muy peligroso resultaría seguir viendo, viviendo y conviviendo —como si fuese normal— con la indolencia de quienes vierten desechos hogareños, constructivos o de otro carácter donde mejor les place, sin importarles la imagen del lugar, los daños al medio ambiente o a su propia salud.
Por más caluroso que esté el día, no puede tornarse habitual la tendencia a andar sin camisa por doquier y mucho menos si esa desagradable "estampa" se complementa con la expresión verbal de obscenidades o de frases chabacanas, de mal gusto y hasta altercados como los que brotan en algunos puntos donde suelen confluir pequeños grupos de personas, casi siempre jóvenes, muchas veces a ingerir bebidas alcohólicas, al parecer sin nada más importante que hacer o que aportar en beneficio de quienes sí se sacrifican para despejar el camino de la provincia y de la nación en medio de tanta "tempestad".
No puede haber indiferencia cuando niños y adolescentes usan a su antojo el uniforme o cuando educadores llegan tarde a su trabajo; como tampoco es admisible que trabajadores encargados de custodiar recursos duerman plácidamente en vez de vigilar, o se entreguen con total tranquilidad al sueño directivos cuyos almacenes carecen de seguridad en la puerta principal mientras también permanece una ventana rota al fondo, abierta a la luz de la luna y a la posible fechoría que desangra recursos y mata economías.
Nada de ello es abstracto o imaginario. Según información resumida, irregularidades de esa índole se detectaron en mercados como La Esperanza (vaya paradójico nombre), en locales del comercio mayorista y en otras instalaciones y centros donde no se entrega la guardia, no consta que se haga o ni siquiera existe el registro correspondiente.
Solo el recorrido por 11 Consejos Populares pudiera aportar cien-tos de ejemplos concretos de "verrugas sobre la piel de la ciudad".
Ello indica que no se está actuando como corresponde por parte de quienes deben evitar, o al menos conocer y resolver esas y otras negligencias e indisciplinas. Quedó claro durante el sereno, respetuoso pero contundente análisis dirigido por Ariel Santana Santiesteban, primer secretario del Partido en la provincia, con presencia de Lilian González Rodríguez, presidenta de la Asamblea del Poder Popular a igual instancia.
Tal apreciación le fue reiterada a representantes de un cuerpo de inspección que por lo visto debe ganar en agilidad y en constancia, aun cuando no puede ser interpretado y mucho menos usado como horcón donde se recuesten tranquilamente otros "factores" obligados a sumar fuerza en un frente común.
Por ello cobra mucho valor la capacidad real de funcionamiento que tenga el Grupo de enfrentamiento (a indisciplinas e ilegalidades): una estructura que anda, pero no al paso que se necesita, de acuerdo con lo valorado de forma crítica y autocrítica por sus mismos integrantes y directivos.
Verrugas, en fin, hay. El reto, impostergable, es extirparlas
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