Aquello que el Circo deja

 

La barra se dobla, flexible, con cada rebote. Dos jóvenes la sostienen sobre sus hombros y la caminan en busca de los pies del chico que salta. Ese chico que salta cae siempre sobre ella. Se impulsa con fuerza, y da vueltas en el aire, cabeza abajo, pies arriba, y abajo y arriba hasta que vuelve a caer, de pie, en la barra que se dobla y no se parte como no lo hacen tampoco los hombros de los que la sostienen.

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